El ojo del fotógrafo
El ojo del fotógrafo, tener buen ojo para ser buen fotógrafo ¿es suficiente?
Ante todo y en los tiempos que corren, comentar que copiar fotografías, a las que tenemos acceso ilimitado, en ningún caso da como resultado una visión de valor
hacer el trabajo de otros nos impide realizar el nuestro, contar otra historia nos aleja de la que está sucediendo.
Eso es lo que nos distinguirá como profesionales, que nos entiendan cuando contemos algo filtrado por nuestra mirada.
Atribuimos a la naturaleza de cada uno la capacidad de ver de manera diferente, de reconocer y entender lo que vemos para así poder componer una imagen evocadora.
Visión diferente, especial, personal; muchos son los adjetivos que dedicamos a la forma de ver.
Escuchamos frases como: “Que ojo tiene”
En nuestra humilde opinión esto no es del todo cierto.
La mirada del fotógrafo es consecuencia de su educación, el entorno, la música que escucha, etc.
No obstante es susceptible de desarrollarse a través de la formación específica y el entrenamiento,
ni más ni menos que como el resto de los sentidos.
El fotógrafo como el enólogo necesita conocimientos y “paladar” para poder mejorar.
El lenguaje fotográfico y sus elementos son elementos indispensables en nuestra mochila virtúal
Además debemos ejercitarlos para conseguir expresarnos a través de ellos de manera natural.
La conclusión es :
Vivimos momentos de confusión y saturación de imágenes que nos hacen alejarnos de la realidad fotográfica.
Existen miradas diferentes, en realidad todas lo son, pero necesitan herramientas para expresarse, y conocer las reglas, aunque sea
para poder romperlas.
Al final y como siempre es necesario el trabajo para obtener una recompensa.
Aunque algunos piensen lo contrario
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